Soy Ricard, tengo 36 años. Un chico con muchas facultades, como la comunicación, la expresión artística y poética, me gusta la naturaleza cuando me enseña los tesoros que esconde la belleza de la vida. Soy profundamente reflexivo e introspectivo y amo la filosofía, aunque no es que sepa mucho de su historia. Desde pequeño me han conmovido los misterios que esconde nuestra existencia, como la fascinación que se siente al pensar en un universo infinito o en constante expansión. Me gusta el hogar y la familia, porque soy una persona muy intima, de esas que les gusta hablar de ti a ti. Introvertidas e interiorizadas.

Nací en Barcelona, en una calle cerca de la Gala Placida, una plaza donde jugaba y donde muy cerca se encontraba una bonita escuela, a la que yo fui.

A los 13 años fui con mi familia a un pequeño pueblecito de los pirineos de unos cien habitantes, junto a un bonito río y dónde tuvimos gallinas, un cambio notorio...

Allí conocí a nuevos amigos con los que compartí mis deseos de experimentar. Me enamoré unas cuantas veces y empecé a conocer las fiestas donde se empieza a consumir bebida, tabaco y marihuana. Suspendí mis estudios y llegué a experimentar mi primer desamor. Es como cuando la vida te está diciendo que hay cosas más allá de todo aquello que los adolescentes quieren descubrir afanosamente. Mi alma se quebró y empecé a dudar de todo.

Como yo no estaba bien y mis amigos y mis padres estaban preocupados, acudimos a un especialista para ver qué era lo que me estaba pasando. Me diagnosticaron esquizofrenia paranoide.

Empezaron entonces graves problemas con los fármacos que estaba tomando, y fue por ello que volvimos a Barcelona para estar más seguros con los servicios médicos y psiquiátricos. Entonces probé de acabar mis estudios sin que nada acabara de funcionar porqué mi enfermedad me lo impedía. 

Como no me encontraba bien con los anti-psicóticos, probé de dejarlos por mi cuenta, por lo que el efecto rebote provocó que me ingresaran a un hospital psiquiátrico. Nos fuimos a vivir a un pueblo cerca del mar, dónde me encontré dispuesto a reemprender los estudios de bachillerato. Y fue allí cuando por fin, pude completar mis estudios pendientes. 

Empecé estudios que no he podido acabar o que no resultaron exitosos, como por ejemplo los estudios de filosofía, quiromasajista, acupuntura, naturopatía y al final también sin éxito, la fisioterapia. Y es que fueron repetidas veces las que ingresé de nuevo, a diferentes hospitales psiquiátricos, porqué mis problemas con los medicamentos seguían persistiendo.

Sin embargo, no todo sigue un curso lineal y continuo, como a veces puede parecer, porqué cuando empecé a aceptar que mi enfermedad no tenia solución y que los fármacos son la única opción viable y existente, empecé a conformarme con lo que tenía y si tenia alguna crisis ya no dejaba mis fármacos, con lo cual desde entonces no tuve que ingresar más.

Ahora, como he seguido y respetado las pautas que los médicos sugieren, he recibido un nuevo tratamiento muy favorable que me permite mirar el futuro con mucha más apertura y optimismo, porqué ya me siento capaz de conseguir todo aquello que siempre he deseado hacer, como poder estudiar con más facilidad, poder escribir con mayor habilidad y disfrutar mucho más de mis paseos por la naturaleza.

Consecuentemente, como todo es más fácil y estoy más motivado, estoy listo para empezar nuevos proyectos, como por ejemplo, el de esta página web., que ha tomado forma, a partir de un curso que hice en su momento, y que estoy seguro que va a poder llegar a todos aquellos que hayan pasado por ésta misma enfermedad. "La esquizofrenia y yo", puede servir para que todos seamos un poco más conscientes del camino  en el que nos encontramos, y poder compartir y aprender los unos de los otros, porque este es un maravilloso regalo de la vida.